Al otro lado de la gran presa y en plena zona militar se alza el templo de Kalabsha, construido en honor a Mandulis, el dios del sol nubio. Verás a este dios representado con forma humana y ataviado con una corona de cuernos de carnero, cobras, plumas y el disco solar.

Historia del templo de Kalabsha

El templo data del reinado de Augusto (época romana; 30 a.C.). Se cree que fue levantado sobre los restos de un templo de la XVIII dinastía.

Al igual que otros muchos lugares sagrados, durante la época copta sirvió de iglesia.

Es el monumento más importante en Nubia después de Abú Simbel.

Su emplazamiento se situaba a unos 50 km al sur de Asuán (la antigua Talmis); pero con la construcción de la antigua presa, su colosal estructura quedó la mayor parte del año bajo agua.

Y así fue desde principios del siglo XX hasta 1962-63, cuando se lo desmanteló en trece mil bloques y se lo volvió a montar en el emplazamiento actual (Nueva Kalabsha).

Se trata del primer templo puesto a prueba para evaluar los riesgos del traslado; el resultado positivo hizo que continuara la empresa con el templo de Abú Simbel y muchos otros monumentos nubios.

¿Cómo llegar al templo de Kalabsha?

Kalabsha queda en una isla. Para llegar, debes coger un taxi en Asuán e ir hasta el embarcadero (15 minutos de viaje). El trayecto en barco dura menos de 10 minutos.

Te recomiendo pagarle una propina al vigilante y subir al tejado; tendrás una vista espectacular de la isla y el lago Nasser que la rodea.

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¿Qué ver en la isla de Nueva Kalabsha?

El templo de Kalabsha mide 74 metros desde el pilón hasta su parte trasera, y tiene una anchura de 33 metros.

El patio, entre el pilón y el pronaos, estuvo rodeado de pórticos en tres de sus caras. El pronaos está compuesto por doce columnas con capiteles en forma de flor.

En la pared oeste, hay relieves que representan al emperador ofreciendo sacrificios a diferentes divinidades.

Puedes caminar hacia los restos del templo de Qertas, que fue reconstruido y salvado de las aguas. El nuevo emplazamiento también acoge una estela de piedra perteneciente a Seti I y al Virrey de Kush, Amenemope.

Además está el pequeño templo de Beit El Wali, tallado en roca, conocido como templo de Amón. Estaba situado a unos 200 metros al norte del templo de Kalabsha, y hoy se encuentra detrás de este, excavado en una pequeña colina, a la que se accede por un camino fácil de transitar. 

Ramsés II lo dedicó al dios Amón Ra. Se componía de un patio abierto, una sala hipóstila y un santuario. En el período cristiano, el patio fue convertido en iglesia, pero las paredes aún conservan escenas históricas que representan las victorias del rey sobre la gente del sur, o al rey en su carro, acompañado de sus hijos, luchando contra nubios, sirios y libios.

Beit El Wali significa la «Casa del Hombre Sagrado», lo que hace pensar que el lugar también se convirtió en ermita durante la época copta. El templo presenta una pared de adobe, un pequeño patio, un vestíbulo con dos columnas y un santuario.

Al sur del templo de Kalabsha se halla el quiosco de Kertassi, pequeño, traído por la Organización Egipcia de Antigüedades desde la entrada de las antiguas canteras de granito (su emplazamiento original).

Tiene un diseño similar pero a menor escala del quiosco de Trajano en Philae.

Consiste en una cámara formada por cuatro columnas con capiteles florales. La entrada principal se localiza en el lado norte, aunque hay otro pórtico en el lado oeste. En su origen, el quiosco estaba cubierto por un techo de caliza.

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