Después de haber visto las tumbas de los nobles y el templo de Ramsés II (Ramesseum), la siguiente visita es Deir El Bahari, lugar elegido para su última residencia por Mentuhotep (IX dinastía), Tutmosis III y la reina Hatshepsut (XVIII dinastía).

Lo primero que te llamará la atención es el templo de la reina Hatshepsut, ya que es el más impresionante; de hecho del de Mentuhotep no queda prácticamente nada.

Los antiguos egipcios conocían este valle como geser, que significa «sagrado»; estaba dedicado a la diosa Hathor.

El nombre de Deir El Bahari deriva del árabe y podría traducirse como «Monasterio del Norte», ya que estaba relacionado con un monasterio establecido durante la época copta y destruido posteriormente.

¿Qué ver en Deir el Bahari?

El Templo de la Reina Hatshepsut

Es el más importante y conocido de todos los templos de Deir El Bahari. En la antigüedad se conocía como djeser-djeseru, o «el sublime de los sublimes». 

Fue levantado durante los reinados de Hatshepsut y Tutmosis III y en su construcción intervinieron varios funcionarios del Estado, aunque la labor más destacada fue la de Sennemut (Gran Intendente de Amón), quien hizo a la vez de arquitecto.

Se cree que este hombre fue amante de Hatshepsut. Él mismo excavó su tumba justo debajo de la primera terraza del templo.

La principal característica son sus tres terrazas señoriales. La primera queda a la altura del suelo, mientras que a la segunda se accede por medio de una rampa.

El eje central del templo está orientado hacia el templo de Amón en Karnak, en la otra orilla del río. Asimismo, si trazáramos una línea a través de la montaña, ambos coincidirían exactamente con la tumba de Hatshepsut en el Valle de los Reyes.

Desde aquí salía la avenida de las procesiones que entraba en el primer patio.

Los bajorrelieves muestran el transporte de dos grandes obeliscos de granito desde Asuán, y su elevamiento en el templo de Karnak. Otros relieves han sido de gran interés para los egiptólogos. La reina Hatshepsut mandó expediciones al país de Punt (posiblemente la actual Etiopía), para obtener incienso y especias.

En la orilla oeste de la segunda terraza se levanta una capilla dedicada a la diosa Hathor, donde se ha representado el nacimiento de la reina. En el centro del santuario, un capitel muestra una cabeza femenina con orejas de vaca. Las paredes del vestíbulo y de la sala hipóstila están decoradas con escenas de sacrificios y fiestas en honor a la diosa.

Una segunda rampa lleva desde el pórtico central hasta la terraza superior. A través de un portal de granito rosado se accede a un patio rodeado de columnas.

A ambos lados se extienden dos zonas consagradas al sol y a la realeza. Hacia el oeste, en dirección al centro del templo, se localiza el santuario de Amón, excavado en la ladera de la montaña. Su objetivo era recibir la barca sagrada durante la celebración de la Bella Fiesta del Valle.

Lamentablemente, debo recordar que fue en este templo donde el 17 de noviembre de 1997, un grupo de terroristas islámicos asesinó a más de 60 turistas de varias nacionalidades.

El Templo de Mentuhotep

El templo, del que hoy apenas queda nada, fue descubierto a mediados del siglo XIX por lord Dufferin.

Mentuhotep fue el unificador del Imperio Medio y el primero en construir un templo en este valle, en honor a la diosa Hathor.

Su propósito fue construirse un templo cerca de su tumba y continuar con la tradición del Imperio Antiguo.

La novedad arquitectónica es su trazado en varios niveles; un camino procesional de 46 metros de ancho, pavimentado con adobes de color blanco, hechos con el lodo del Nilo, salía del templo del valle y llevaba a un gran patio cubierto de árboles dispuestos en paralelo.

Del patio partía una rampa que atravesaba una columnata y que llegaba a una terraza donde había una mastaba.

En el patio se localizaba también la abertura conocida como Bab El Hosan, que comunicaba, por medio de un pasadizo de unos 150 metros de largo, con una tumba real que quedó sin terminar.

En ella, en 1900, Howard Carter encontró una bonita estatua de Mentuhotep, ahora expuesta en el Museo Egipcio de El Cairo.

El Templo de Tutmosis III

En la restauración del templo de Mentuhotep, en 1961, se halló un pequeño templo perteneciente a Tutmosis III y consagrado al dios Amón. Junto a él había una capilla dedicada a la diosa Hathor.

No reviste ningún interés, pues es muy poco lo que queda del mismo.

El templo está emplazado en el centro del valle. Su arquitectura se basó en la del templo de Hatshepsut. Se utilizó un sistema de rampas y terrazas y se construyó una gran sala hipóstila de 76 columnas poligonales, a las que se sumaban dos más altas, cerca del centro.