Medinet Habu contiene el templo mortuorio de Ramsés III; se encuentra a unos 3 km al noroeste de los Colosos de Memnón.

Según la leyenda, fue el lugar donde Amón apareció por primera vez. Hatshepsut y Tutmosis III habían mandado construir un pequeño templo para la adoración de este dios. De ahí que Ramsés III aprovechara el emplazamiento.

Aunque no se sabe a ciencia cierta el origen de la palabra “habu”, se especula que tiene relación con la palabra “hbw”, que significa Ibis, el ave sagrada de Tot.

Pero también puede ser que la palabra derive de “hapu”, debido a que en las cercanías está el templo funerario de Amenhotep, hijo de Hapu, el famoso arquitecto de Amenhotep III.

¿Qué ver en Medinet Habu?

El Templo de Ramsés III

Es el templo mejor conservado de Tebas. Su superficie decorada abarca 7000 m2.

En la antigüedad, el templo era conocido como el Templo de Usermaat-Ra Meriamón («Unido a la Eternidad en Poder de Amón en el oeste de Tebas»).

Su construcción tiene una característica especial con respecto a otros templos de la época. Me refiero a la edificación, en su lado oriental, justo enfrente del primer pilono, de una torre construida en forma de migdol (fortaleza militar del Asia Menor).

Esto le daba al templo la apariencia de fortaleza.

Antes de pasar el primer pilono dedícale un momento a las capillas funerarias de las Divinas Adoradoras de Amón; a la derecha se hallan los restos del antiguo templo, perteneciente a la XVIII dinastía.

En la fachada del pilono se observa a Ramsés III castigando a unos cautivos delante del dios Amón. En la parte sudoeste resalta una escena, considerada una de las obras maestras de la XX dinastía, en la que se muestra la caza de un toro en los pantanos.

Los muros exteriores del templo presentan escenas de varias campañas contra libios, asiáticos y los pueblos del mar.

Tras cruzar el primer pilono se accede al primer patio, donde sus bajorrelieves muestran al ejército del faraón aniquilando a los pueblos enemigos.

El segundo pilono, por la parte interior, muestra al faraón en un día de cacería, y en la exterior, a unos cautivos junto a Amón y Mut.

En las paredes interiores pueden verse diferentes imágenes religiosas.

Después del segundo pilono accedes al segundo patio, también conocido como «Patio de las Fiestas». Está rodeado por un peristilo y los dos pórticos están decorados con columnas osiríacas.

En la primera parte del patio, los bajorrelieves siguen mostrando batallas militares, pero a partir del pórtico sur los motivos cambian: se muestran ilustraciones de grandes fiestas religiosas dedicadas a Sokaris-Osiris y al dios Min.

De la primera sala hipóstila se conservan las bases de sus 24 columnas. En la parte sudoeste hay cuatro cámaras; se utilizaban para almacenar el tesoro del templo, tal y como lo narran sus bajorrelieves con cantidades de oro, plata y piedras preciosas.

La tercera sala hipóstila está sostenida por ocho columnas y tiene dos grupos de salas laterales. Las del lado sur estaban destinadas al culto osiríaco del rey divinizado, mientras que las del norte se consagraban a diferentes dioses solares, siendo Ra-Harajte el principal de ellos, con el que el rey se identificaba en su resurrección celestial.

En la tercera sala hipóstila termina el recorrido. Tiene idéntica estructura que la anterior. Sus capillas laterales estaban dedicadas a los dioses Horus y Mut en el lado sur, y a Amón-Ra, la Enéada de Heliópolis, Min, Mut y Jonsu en la parte norte.

El palacio real, del que solamente se conservan sus cimientos, se hallaba en el lado meridional del recinto, entre el primer y el segundo pilono.

El Templo de Amón

Se localiza al este del primer pilono del templo de Ramsés III. Lo edificaron Hatshepsut y Tutmosis III en honor del dios Amón. Fue varias veces ampliado hasta la época ptolemaica y romana.

Al norte de este templo se hallan los restos del Lago Sagrado, y un poco más al oeste, un nilómetro.

El Monasterio de San Teodoro

Se localiza al suroeste del templo de Medinet Habu. Aunque es poco conocido, es fácil de llegar; los árabes lo llaman Deir Tadrus. 

Es bastante pequeño y solo contiene una iglesia con pinturas de la época moderna. San Teodoro fue un guerrero que fue torturado y martirizado durante las persecuciones dioclecianas.

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