El templo de Edfu es indiscutiblemente el mejor conservado y uno de los más bonitos de Egipto. En el año 237 a.C., Ptolomeo III Evergetes I (tercer faraón de la dinastía Ptolemaica) empezó la construcción, que no finalizó hasta el año 57 a.C.

Tiene 137 metros de largo por 79 metros de ancho. Los pilonos alcanzan los 36 metros en los extremos.

Las inscripciones de las paredes exteriores, escritas en franjas horizontales, hacen referencia a ciertos detalles de la construcción.

La sala hipóstila exterior se edificó por separado y se terminó en el año 124 a.C., por orden de Ptolomeo VIII Evergetes II. 

El templo estuvo consagrado al dios solar Horus (el halcón), aunque también lo estuvo a la diosa Hathor de Dendera y al dios Harsontus.

En la época griega, Horus fue identificado con Apolo, dios del sol. De esta manera Edfu se conoció con el nombre de Apolinópolis o ciudad de Apolo.

¿Qué ver en el templo de Edfu?

Para visitar el templo se paga entrada. Nada más entrar, lo primero que salta a la vista es una estatua del dios Horus en granito negro, de casi dos metros de altura. Porta la doble corona del Alto y el Bajo Egipto y custodia la entrada al templo.

Al lado, se halla otra figura igual aunque partida en el suelo. Este el único patio espacioso que ha quedado en todo el templo.

En la pared exterior, a la izquierda del santuario, se puede ver una de las escenas más importantes del templo; se trata de la victoria de Horus sobre Set (su tío), al vengarse por la muerte de su padre Osiris.

Alrededor del santuario descubrirás una serie de cámaras, corredores, escaleras e incluso un nilómetro, en la parte derecha.

En una de las cámaras del santuario se encuentra una de las barcas sagradas que había en el templo para acompañar al rey en su viaje al más allá. El arqueólogo Auguste Mariette la reconstruyó.

Pero al igual que otros templos de la época tardía, el de Edfu perdió todo su mobiliario y parte de las estatuas al quedar fuera de uso.

Unas escaleras dan acceso a lo que fueron las terrazas del templo, donde cada año se exponían al sol las esculturas sagradas, que era la forma de regenerar su vida, con los rayos de Ra. 

Este acontecimiento coincidía con el año nuevo y correspondía con la bajada de las aguas del Nilo. No fue la única fiesta. Otra, de gran renombre, consistía en la visita de la diosa Hathor a su marido Horus.

Los sacerdotes de la diosa llegaban hasta Edfu desde el templo de Dendera, formando grandes procesiones. Acompañaban la estatua de Hathor hasta el santuario para después hacer los ritos propios de la fiesta.

Antes se podía subir a los pilonos, pero hoy no está permitido. Aunque hay que decirlo, no todo el mundo está dispuesto a subir 242 escalones.

El Mammisi (casa en la que nacen los hijos de los dioses) está situado en la explanada anterior a la entrada del templo. Fue levantado por Ptolomeo VIII y decorado por Ptolomeo IX y Soter II.

En los pilares del pórtico se aprecian los diferentes tipos de capiteles. La mayoría de los relieves muestra el nacimiento de Horus.

Más tarde, los cristianos utilizaron este recinto como iglesia.